El cambio en la forma de vivir

 

Dime cómo vives y te diré cómo entrenar. Saber qué hábitos tienes dice mucho de tu forma de vivir, y ayuda a elaborar un plan de entrenamiento adaptado a tus necesidades. En función de tu estilo de vida se proponen unos entrenamientos específicos.

A lo largo de la historia, las costumbres, las comodidades, la alimentación, entre otras, han ido cambiando con el paso del tiempo la manera que tenemos de vivir de antes respecto a las culturas más modernas en las que vivimos hoy.

En las antípodas de la humanidad, las principales cuestiones que preocupaban al ser humano eran las de alimentación, relación y reproducción. Por ello sus funciones vitales se desarrollaban bajo estos preceptos.

Para poder sobrevivir en la hostilidad de la naturaleza, los humanos debían mantener un estado físico adecuado a sus necesidades. Probablemente la obesidad no estaría entre sus planes.

En la actualidad, la cantidad de preocupaciones que rondan nuestra mente es mucho mayor que la de nuestros ancestros, pero no más importantes y este es un dato relevante, pues muchas personas anteponen el trabajo, las obligaciones sociales, las comidas rápidas, la quema indiscriminada del tiempo antes que sus necesidades vitales. 

Algunas de estas necesidades vitales las cubrimos de forma frenética como la necesidad de comer, que en ocasiones comemos por gula, ansiedad o simplemente porque hay que comer para no desfallecer. Esto, tal vez sea comer, pero no alimentarse.

¿Qué hay del ejercicio?

Igualmente pasa con el ejercicio físico. La mayoría de personas piensa que el ejercicio físico es una cuestión de ocio, algo que puedes hacer si te sobra tiempo.

Asimismo es tan poco prioritario que en caso de hacerse, sería después de haber trabajado, haber disfrutado de mi serie de Netflix favorita, haber dedicado 2h diarias a instagram y a ponerme al día de los últimos acontecimientos que han sucedido en la prensa rosa del fútbol o del corazón. “Después de todo esto es cuando puedo hacer ejercicio”. Por descontado, el ejercicio tiene que ser como yo quiero, es decir, “me duele la rodilla”, “no me gusta cansarme”, “media horita es suficiente”, “más de tres días a la semana es una exageración”….

 

 

 

 

 

Y así un sinfín de excusas que lo que demuestran es, en primer lugar, el alto grado de desconocimiento social acerca de lo que significa estar en forma o practicar ejercicio físico, y lo segundo una desvalorización de la figura del entrenador como profesional de la salud.

Dónde está la figura del entrenador

Son muchas las personas que cuando acuden al entrenador es porque ya no tienen otra opción, se han pasado de peso, tienen dolencias articulares, problemas circulatorios, endocrinos, etc…. Estas personas han probado con pastillas, dietas excesivas y muy restrictivas o incluso lo que hacen muchos: el “a mi me funciona” y con eso esta todo el pescado vendido.

He escuchado barbaridades como “a mi lo que me funciona es no comer” y luego a esa persona siempre se la recuerda obesa y nunca en forma, ¿paradójico no?

También es cierto que la velocidad a que vivimos hoy en día no ayuda a entender cómo funciona nuestro cuerpo y cuál es el ritmo de mejora.

Hay personas que a los pocos meses no encuentran el estado físico que querían y tiran la toalla pensando que esto no es para ellos, y es que uno de los principios fundamentales del ejercicio físico es la constancia, hay que ser pacientes porque el ejercicio es un hábito que funciona, si no funciona es porque has tirado la toalla.

Cómo realizar ejercicio físico

Ahora voy a contar la realidad sobre qué es el ejercicio físico y cómo funciona y lo voy a hacer con un símil en el área de la odontología.

En el caso de que no llevemos una correcta higiene de los dientes, lo más probable es que desarrollemos patologías bucales, gingivitis, caries, sarro, flemones… Cuando esto sucede acudimos al dentista, nos cuesta bastante dinero e incluso es incómodo.

Si continuamos con los mismos hábitos al paso de un tiempo volveremos al dentista con otro problema similar y esto sucederá hasta que la persona sea consciente de la importancia del cuidado CONSTANTE de su boca.

 

 

 

 

 

Bien, pues en el ejercicio físico sucede lo mismo, puede que hasta con un espectro de posibles patologías más amplio.

Voy a describirlo:

  • No realizar ejercicio de forma regular
  • La ingesta de alimentos que no benefician nuestra salud
  • El consumo de demasiado alcohol y que nuestros hábitos no sead buenos 

 

 

 

 

Al cabo de un tiempo tendremos que ir al médico y éste nos recetará pastillas y EJERCICIO FÍSICO, me tomaré las pastillas y al ejercicio que le den, no es para mí.

Finalmente acudiré al entrenador y tendré que pagar un dinero, una sanción por no haberme cuidado cuando tenía que haberlo hecho. Pero realmente lo que estarás pagando es a una persona que te va a guiar en un camino que nunca habías recorrido, lleno de prejuicios y falsos mitos, lleno de comparaciones odiosas y referentes poco realistas. Y es que la verdad es que él sabe qué ejercicios son mejores para ti, no tú. De la misma manera que el médico sabe qué medicamentos te tienes que tomar y no tú.   

Por esto la importancia de consultar a un especialista, porque te va a ayudar a adaptar el ejercicio físico a tu vida, tus horarios y tus necesidades.     

Cuenta con un profesional

 

Por cierto, un último dato, andar no es suficiente en muchas ocasiones para determinar que es un ejercicio físico, sí que lo es pero depende de como se realice, y muchas veces puede que no sea lo que necesitas o incluso puede ser contraproducente según el caso.

Mi consejo, dejad los prejuicios, abandonad ese afán de sabelotodismo y contad con los profesionales que nos dedicamos día tras día a mejorar vuestro estado de salud y a cumplir vuestros objetivos. Nuestra función no es otra que ayudar.

Si te ha gustado este artículo y te encuentras en una situación similar a las descritas no dudes en contactar conmigo, yo estaré encantado de ayudar.